viernes, 2 de diciembre de 2011

CAPITULO 1. EL INICIO.

El DOCTOR BERTUCELLI es un médico de origen italiano de algo más de cincuenta años. Llega nuevo a un pueblo del norte de España y pretende instaurar un nuevo tratamiento para jóvenes de padres ricos, enfermos con algún tipo de fobia. Después de mucho buscar por la zona, compra un antiguo caserón que hay en un islote en mitad del gran lago que hay cerca del pueblo. Instala una clínica con todo tipo de lujos y asegura en su publicidad que en solo tres semanas es capaz de hacer desaparecer las fobias de los chicos. Es presentado ante los medios de comunicación por GIOVANNI ATZURI, un periodista italiano afincado en España hace años, y se ha hecho famoso en los últimos tiempos por sus artículos en los que investiga la desaparición de varias niñas en Madrid. Rápidamente tiene gran repercusión y genera un gran interés por familiares de jóvenes enfermos. Los padres están desesperados y no saben ya qué hacer por ayudar a sus hijos. Giovanni Atzuri, aprovechando que se trata de un personaje mediático, hace una entrevista al Doctor Bertucelli en un programa de máxima audiencia consiguiendo record de espectadores. Las cientos de llamadas de padres desesperados por la enfermedad de sus hijos, hacen que la fama del doctor se dispare rápidamente en España. El doctor anuncia que no todos los chicos tienen posibilidad de someterse al tratamiento ya que tendrán que hacer una prueba y solo serán cuatro los que en principio podrán empezar. 


SAMUEL es un joven de diecisiete años como cualquier otro de su edad. Deportista, simpático, guapo y ligón, solo hay una cosa que le hace perder su seguridad, LA OSCURIDAD, tiene terror a los fantasmas. HELEN y GIOVANNI están tomando una copa celebrando el ascenso de éste en el PERIODICO en que trabaja. Helen está muy preocupada por Samuel. Han probado todas las terapias que existen llevándole a los más reputados especialistas del mundo pero nada ha funcionado. Giovanni anima a Helen a que su hijo se someta al tratamiento de su amigo el Doctor Bertucelli. Helen tiene dudas, no sabe si Samuel querrá someterse de nuevo a algo a lo que ya no tiene ninguna confianza. Giovanni le dice que no debe preocuparse, que seguramente Samuel accederá a reunirse. 

JON y LEIRE, a través de una amiga del trabajo de ella, le consigue una cita con el doctor Bertucelli. Su hija, BEA de tan solo diecinueve años, tiene FOBIA A LAS CUCARACHAS desde muy pequeña y desde hace casi un año no quiere ir al colegio porque encontró una en el vestuario del gimnasio. Se ha convertido en tal terror al insecto, que duerme junto a un bote de mata cucarachas junto a la cama y cada hora y media se despierta para fumigar la habitación, lo cual le ha provocado un problema grave en sus pulmones. 

FERNANDO habla con su pareja desde el móvil mientras viaja en el metro. Le cuenta que ha leído una noticia en la que hablan de un psiquiatra que asegura curar las fobias en adolescentes. Dice que llame a DANIEL y ANA y que se informen para su hijo JAVIER, también de diecinueve años. Tiene terror al fuego, cualquier cosa que pueda dar una mínima chispa, le dejaría totalmente paralizado. 

SUSANA tiene dieciocho años. Corre por el Retiro con su padre, ROMAN, que habla con su hija de la importancia de empezar a hacer de nuevo su vida. Tras la muerte de su madre Susana no quiere salir con sus amigos. Ha dejado su deporte que practica desde pequeña, piragüismo, porque ha cogido un enorme terror al agua. Susana cuenta a su padre que ha leído en internet que existe una terapia nueva para jóvenes con fobias. Román le promete que se informarán. 

El doctor Bertucelli cita a las CUATRO FAMILIAS el mismo día a distintas horas. En cada reunión cuenta que los jóvenes deberán pasar tres semanas en la casa del lago y cuando vuelvan a por ellos serán jóvenes nuevos y con ausencia total de sus fobias. Los padres coinciden en preguntar cuál será el tratamiento tan novedoso del que habla, tienen miedo que sus hijos no sean capaces de aguantar las tres semanas en la casa. El Doctor Bertucelli les explica que no puede adelantarles nada, solo que sus hijos estarán bien en todo momento y se irán enfrentando paulatinamente a sus fobias casi sin darse cuenta y cuando quieran hacerlo, el tratamiento habrá finalizado. Al final del día juntan a los cuatro chicos para que se conozcan y den una apreciación de sus “posibles compañeros”. Rápidamente entre Samuel y Bea hay una atracción. Se pasan los móviles y se dan la dirección del TUENTI. El doctor se despide de todos ellos y les dice que en una semana sabrán si todos están admitidos en el programa. 

Bea está sentada en su cama mientras está chateando con una amiga. Aparece un icono en el que se ve que Samuel acaba de conectarse. Bea se despide de su amiga y le saluda. “Hola, ¿te llamaron?”. “Sí, para eso me conecté. Mis padres me han dicho que no puedo usar desde este momento el móvil y me lo han quitado”. Bea le cuenta que a ella le han hecho lo mismo y que no entiende para qué les quitan los teléfonos. Samuel le dice que tiene que despedirse y que se verán en un par de días en el embarcadero para ir a la casa. 

Los chicos reciben una llamada del Doctor Bertucelli y les cita de nuevo en la consulta, esta vez sin sus padres. Cuando los chicos acuden, el doctor les da la noticia, serán los cuatro elegidos para someterse al tratamiento en la casa del lago. Javier se enfada y dice que él no quiere estar en ese sitio, que no está loco y no quiere saber nada de aquello. Samuel se enfada y le dice que ninguno de los que están allí esta loco y que si no quiere estar, que se vaya. El Doctor Bertucelli decide entrar a tranquilizar el ambiente. Les dice que antes de partir hacia la casa y debido a que están muy nerviosos por el tratamiento, les va a dar unas indicaciones para cuando entren en momentos de terror por lo que se van a enfrentar. Les pide que cierren los ojos y respiren profundamente. Javier no hace caso a lo que le dice el doctor. Bertucelli insiste en que cierre los ojos ya que es imprescindible para conseguir la relajación de sus compañeros. Finalmente, Javier accede.

Susana va sentada junto a su padre en el coche. Llueve levemente y deciden parar a tomar un café en un bar que hay a la salida del pueblo. Cuando entran, el bar está casi vacío. Tras la barra hay joven camarero de unos dieciocho años y lo acompaña un anciano con aspecto británico que no levanta la vista del periódico que está leyendo. Mientras Román va al baño, Susana pide un café para él y un batido de chocolate para ella. El camarero pregunta que si está de vacaciones, a lo que Susana contesta que va a La Casa del Lago a pasar unas semanas. El joven, cuando escucha lo que le cuenta, vierte el café y mira al anciano que ha levantado la vista del periódico. Susana se da cuenta de la reacción del camarero y pregunta que por qué se ha puesto así. El joven le dice que no es nada solo que esa casa llevaba muchos años cerrada. Cuando vuelve Román del baño, donde ha estado escuchando la conversación, le dice a Susana que no se preocupe, que se trata de leyendas, que las hay en todos los pueblos y es todo mentira. Cuando Román y Susana van a salir del bar, el camarero y el anciano se despiden deseándole suerte.

Susana y Román llegan al embarcadero donde están esperando el doctor Bertucelli y su asistenta, Gloria, una señora regordeta, muy simpática y con chapetas sonrojadas del frío. Susana se pone muy nerviosa cuando ve que tiene que pasar en barco hasta la casa. El Doctor Bertucelli se acerca hasta ella y le da un tranquilizante. El doctor les indica que será Gloria quien se ocupe de ellos en la isla. Los chicos, entre sollozos se despiden de sus padres. Todos, excepto a Javier, que no quiere ni mirarlos. Gloria les atiende cariñosamente y monta, junto a los cuatros chicos en el barco para dirigirse hacia la isla. 

Cuando llegan a la casona, Gloria indica a cada uno dónde están sus habitaciones. A Samuel le dice que dormirá solo en la buhardilla, en una preciosa habitación que hay allí. Samuel dice que no puede dormir solo, que tiene terror a la oscuridad y encima solo en una planta. Gloria le asegura que no tendrá miedo, que forma parte del tratamiento. 

Samuel sube la maleta a su habitación. Le gusta, tiene baño independiente. Registra todo bien y mira por la ventana que da al lago. Se refleja en un espejo que hay en la habitación mientras ordena sus cosas. Cuando sale de la habitación, su silueta se queda fija en el espejo pero tras unos segundos desaparece a gran velocidad...